A veces no lo cachamos, aún así, acabamos llegando a lugares en los que ya hemos estado, no físicamente, sino a través de las películas. A mí me ha ocurrido varias veces y paso a contarles. ¡Hice turismo cinematográfico antes de saberlo!
Por Marivi Aguado
El Café de Rick que nunca existió en Casablanca
Recuerdo la primera vez que estuve en Marruecos, allá por el siglo pasado y uno de los
lugares a visitar era la ciudad de Casablanca. Inmediatamente yo pensé en la película
del mismo nombre, pero ya estaba el guía para advertirnos de que apenas quedaba nada, que no buscáramos el Café de Rick porque nunca existió y es cierto, hay un restaurante con ese mismo nombre, aunque nada que ver. En realidad Casablanca (1942) fue rodada en unos estudios en California, pero ¿quién nos quita la ilusión? Nadie y soñar es gratis.
El otro Pont Neuf del París sin Amelie
La siguiente parada inesperada fue París. Apenas acababa de ver Los amantes del Pont
Neuf (1991) y al verano de 1992 hice mi primera visita a la capital francesa. Si bien ya sabía que el Pont Neuf no fue el escenario real del rodaje, porque el coste económico de cerrarlo varios
días era inasumible para la producción de la película, la réplica que se hizo era bastante
fiel. Atravesar ese puente para ir de un lado a otro de la ciudad tiene algo de mágico si
lo sabes caminar. Hay muchas historias rodadas en la capital francesa, podría haber
nombrado el deslumbramiento que es el barrio de Montmartre o la Basílica de Sacré
Coeur, pero para eso tendría que hablar de Amelie (2001) y no puedo porque me parece una película detestable y su protagonista, una de las peores actrices del mundo, será otro
capítulo. O no.
Berlín con y sin su Muro
En el año 1996 viajé a Berlín y me enamoré de esa ciudad, en la que el Muro que
durante tantos años la dividió es solo un recuerdo. Años después pude reconocer sus
calles en Corre Lola, corre (1998) y en Adios a Lenin (2003), incluso volviendo a ver las legendarias El cielo sobre Berlín (1987) y Cabaret (1972). Así que quiero pensar que antes de hacer turismo cinematográfico yo estaba guardando lugares en mi memoria a los que volver.
La Habana de Coppelia y el Yara
¿Quién no ha visto Fresa y chocolate (1993)? Finalizo esta primera parte con Cuba. La primera vez que visité la isla fue en el año 1997 y mi estancia la repartí entre La Habana y
Santiago. La capital es una ciudad de la que te enamoras, no importa lo que veas y el
dolor que esa visión te pueda causar, se mete dentro de ti para siempre querer volver, de
hecho yo he estado allí tres veces.
Mi visita a Cuba ha debido ser la primera vez que tuve conciencia de hacer turismo
cinematográfico. Apenas llegando quise ir a la heladería Coppelia, el lugar en el que
Diego (Jorge Perugorría) y David (Vladimir Cruz) se toman sus helados mientras
hablan y se miran a los ojos por primera vez a la luz del día, dando lugar a una de las escenas más sensuales entre dos hombres en la historia del cine mientras unos helados se derriten. Y, cómo no, es imprescindible una visita al mítico Cine Yara, sede del festival de cine de La Habana y lugar que guarda miles de historias. Luego les contaré algunas.
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